La semana del 29 de noviembre al 3 de diciembre en ‘Tierra Amarga‘:
Lunes, 29 de Noviembre: Fekeli y Yilmaz se despiden y lloran como niños
Toda Cukurova asiste a la fiesta y La joven espera el momento oportuno. Pero Demir no le quita ojo. Gulben carga en el coche de Züleyha las cosas de Adnan.
Yilmaz está con Fekeli: “Papá, llegó la hora”. Fekeli le dice: “Tal vez tengas razón. Me sentiré triste por ti. No te detendré”. Las emociones entre los dos están a flor de piel: “Tengo un corazón que ha sido puesto a prueba. Lo único que quiero es que seas feliz. Si vas a ser feliz, entonces te deseo buen viaje”.
Yilmaz, emocionado, le dice: “Me sacaste del pozo en el que caí- No puedo pagarte por todo lo que has hecho por mí”. Fekeli, destrozado de dolor, le contesta: “Buena suerte hijo mío”. Los dos hombres se abrazan y lloran como niños.
Züleyha está esperando el momento oportuno. La joven y Adnan van hacia la parte de atrás de la casa y se montan en el coche. Todo está preparado. La chica va camino de encontrarse con Yilmaz: “Pronto estará aquí tu padre”.
El joven antes de irse pasa a ver a su esposa para contarle que se va. La sorpresa se la lleva él: “Vas a ser padre, Yilmaz”.
Martes, 30 de Noviembre: Yilmaz grita el nombre de Züleyha, pero ella ya no está
Müjgan le dice a Yilmaz: “Pesa un gramo, pero tiene un corazón”, La chica le explica que es muy pequeñito. Yilmaz no reacciona, no puede creer lo que le está pasando.
Ahora que ya tenía los planes para huir con Züleyha, su esposa está esperando un hijo de él. Müjgan se abraza al joven llena de Emoción, Yilmaz tiene la vista perdida y su cara no es de felicidad.
Han pasado tres horas desde que Züleyha escapó de la mansión y está esperando que llegue Yilmaz. La joven se desespera. Züleyha cansada, le deja un alfiler con algo de Adnan en un árbol, para que sepa que ella ha estado allí.
Yilmaz llega al punto de encuentro con Züleyha, pero por más que grita su nombre, no encuentra a nadie.
Demir busca a Züleyha por toda la mansión pero no la encuentra. La joven regresa a la Mansión y Hünkar, que sabe sus intenciones le dice: «Preferirías la muerte a saber lo que puedo hacerte”.
Miércoles, 1 de Diciembre: “Nunca amaré a Müjgan como te amo a ti”
Yilmaz va conduciendo sin rumbo fijo, tiene la mirada perdida pensando en lo que le ha dicho Müjgan.
Züleyha se cruza con él y los dos detienen sus coches: “Deja que te explique porque no fui a la cita”, le dice Yilmaz. La joven no quiere saber nada de él: “No quiero volver a verte. Me dejaste abandonada. No sabes lo que pasé para salir de la mansión. Has acabado con mis ilusiones”.
Yilmaz quiere explicarle el motivo, pero Züleyha no quiere saber nada más: “Íbamos a estar juntos de nuevo. Nunca permitirías que nos volvieran a separar. Logré salir con un niño en brazos y otro en mi vientre y tú no estabas. Pensé que te había pasado algo malo. El Yilmaz que yo conozco habría cumplido su promesa a toda costa”.
Züleyha está desbocada y le vuelve a decir: “Llamé a tu casa para saber si estabas vivo, Las manos me temblaban del miedo y aun así llamé. Pero tú estabas cenando con tu hermosa familia. ¿Dónde quedó nuestro amor? ¿De verdad quieres tanto a Müjgan? No tuviste las agallas de empezar una nueva vida juntos”.
Yilmaz, por fin, consigue decir algo: “Müjgan espera un hijo mío”, el joven está agotado y tiene que apoyarse sobre el coche. Züleyha llora desconsoladamente, se ha quedado muda de repente.
Züleyha le dice que ella está esperando un hijo de Demir y escapó a pesar de todo. «He muerto por ti muchas veces, la última cuando me enteré que te enamoraste de otra mujer, morí una vez más”.
“Nunca amaré a Müjgan como te amo a ti”, le dice Yilmaz roto de dolor. “Ayer morí por última vez, me mataste tú. Que tengas suerte con tu nueva familia. Sé muy feliz. Para ti yo ya estoy muerta”.
Yilmaz a solas recuerda las palabras que le dijo Fekeli: “Ser padre es el mayor honor que existe”. Züleyha vuelve a la mansión destrozada.
Demir le dice a Züleyha: “No te preocupes yo te protegeré”. La joven lo mira sin decir nada.
El gobernador ha organizado una cena y Fekeli acude con toda su familia. Demir y Züleyha también están allí. Los cuatro se encuentran cara a cara delante del gobernador.
Jueves, 2 de Diciembre: Usun, la niña del lodazal, le dice a Saniye: «Hueles como las madres»
Saniye está en el lodazal repartiendo los trajes para la ceremonia de la circuncisión. Una de las niñas tropieza y e al suelo, ella se acerca y la pequeña le dice que su madre está enferma. Saniye se acerca a ver qué le pasa a la madre.
Saniye, que quiere ser madre pero no puede, mira a la niña y se hace cargo de ella hasta que la madre mejore. Gaffur y Saniye están encantados con la pequeña Usun en la mansión, parece que es su hija.
En la fiesta, Demir y Züleyha bailan muy acaramelados, Yilmaz los mira desde lejos con cara de pocos amigos. Fekeli intenta tranquilizarlo: “No te alteres, Sé que hay una tormenta dentro de ti. Debes olvidar el pasado con Züleyha”.
Yilmaz mira a Züleyha y Behice, la tía de Müjgan, no le quita el ojo de encima al chico. La mujer no se fía de él y así se lo hace saber a su sobrina.
Usun se ha ganado el corazón de Saniye y Gaffur. La pequeña se acuesta al lado de Saniye y huele su pelo y le dice: “Saniye, hueles como las madres”. Saniye se emociona escuchando a la niña.
Fekeli le dice a Hünkar: “Hoy es el día perfecto. Hablemos de nosotros”. Fekeli y Hünkar se reúnen en su lugar preferido, el paisaje es espectacular y Fekeli le dice: “Tu presencia aquí es lo que hace este lugar inolvidable. Para mí el mundo existe cuando tú sonríes. Tu sonrisa me da vida”.
Fekeli quiere devolverle las escrituras de las tierras que Hünkar le vendió para pagar a Sermin. Así evitará una pelea entre Yilmaz y Demir.
Viernes, 3 de Diciembre: Züleyha, por primera vez, le gana la batalla a Hünkar
Yilmaz y Demir vuelven a encontrarse en medio de la calle, últimamente se ven mucho. Hatip aparece de repente y le dice que su madre vendió los terrenos. Demir se extraña, no sabe nada de la venta.
Hatip manda a buscar a Gaffur, el hombre se pone muy nervioso, tiene con él una gran deuda. Hatip quiere que Gaffur le compre los pollos para la ceremonia de los niños.
Demir llega como una fiera a la mansión: “Dicen que has vendido algunas tierras”, le dice a su madre. Ella asiente y le dice que fue para salvarlo de la horca. El joven quiere saber quién las compró, Hünkar no quiere decírselo.
Züleyha, que está escuchando la conversación le dice: “Las compró Fekeli”. Demir está furioso con su madre, no entiende que Fekeli se haya quedado con sus tierras. La madre de Demir le dice que estaba desesperada. Demir le dice que lo ha decepcionado.
Züleyha, por primera vez, le gana la batalla a Hünkar. Pero la señora Yaman no se conforma y cuando Demir se va, busca a la joven: “¿Intentas apartarme de mi hijo? Soy su madre”. Züleyha le contesta: “Una madre que engaña a su hijo y que coquetea con el asesino de su marido”.
Hünkar se queda sola y habla para ella misma: “Cuando tengas a tu hijo y yo lo sostenga entre mis brazos, recogerás tus cosas y te largarás de aquí. Desaparecerás de una vez de nuestras vidas”.
Demir se refugia en Züleyha: “Gracias por todo. Te necesito a mi lado”. Demir llega al rancho de Fekeli: “¿Cómo te atreves a venir aquí sin pedir permiso? Demir le dice: “Te aprovechaste de la desesperación de mi madre. No te quedarás con las tierras de mis antepasados, antes prefiera la muerte”.
Fekeli está al borde de un ataque de ansiedad. Demir le tira una bolsa con dinero a sus pies. “Me vas a devolver cada centímetro que me pertenece”, Demir no deja de provocar y Fekeli aprieta los puños intentando contenerse.
Yilmaz está con Fekeli: “Vamos a destruir a los Yaman, padre”. Cetin se presenta en la oficina de Demir y le tira el saco con el dinero encima de su mesa. Demir le dice: “¿Te ha mandado Fekeli?”. “Fekeli, no. Me ha mandado Yilmaz”, contesta Cetin.
Llega el día de la fiesta de la circuncisión. El gobernador y el alcalde asisten a ella y Demir los recibe amablemente. Demir toma la palabra. Mientras habla casi todos los asistentes empiezan a sentirse mal, la comida no estaba en buenas condiciones.
Demir se queda sin palabras mirando la escena donde los comensales caen de bruces al suelo. Hatip es el único que sonríe, su venganza contra Demir está saliendo a la perfección. Los pollos que le vendió a Gaffur son la causa de todos los males.
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