Este viernes en Tierra Amarga… Yilmaz y Demir vuelven a encontrarse en medio de la calle, últimamente se ven mucho. Hatip aparece de repente y le dice que su madre vendió los terrenos. Demir se extraña, no sabe nada de la venta.
Hatip manda a buscar a Gaffur, el hombre se pone muy nervioso, tiene con él una gran deuda. Hatip quiere que Gaffur le compre los pollos para la ceremonia de los niños.
Demir llega como una fiera a la mansión: “Dicen que has vendido algunas tierras”, le dice a su madre. Ella asiente y le dice que fue para salvarlo de la horca. El joven quiere saber quién las compró, Hünkar no quiere decírselo.
Züleyha, que está escuchando la conversación le dice: “Las compró Fekeli”. Demir está furioso con su madre, no entiende que Fekeli se haya quedado con sus tierras. La madre de Demir le dice que estaba desesperada. Demir le dice que lo ha decepcionado.
Züleyha, por primera vez, le gana la batalla a Hünkar. Pero la señora Yaman no se conforma y cuando Demir se va, busca a la joven: “¿Intentas apartarme de mi hijo? Soy su madre”. Züleyha le contesta: “Una madre que engaña a su hijo y que coquetea con el asesino de su marido”.
Hünkar se queda sola y habla para ella misma: “Cuando tengas a tu hijo y yo lo sostenga entre mis brazos, recogerás tus cosas y te largarás de aquí. Desaparecerás de una vez de nuestras vidas”.
Demir se refugia en Züleyha: “Gracias por todo. Te necesito a mi lado”. Demir llega al rancho de Fekeli: “¿Cómo te atreves a venir aquí sin pedir permiso? Demir le dice: “Te aprovechaste de la desesperación de mi madre. No te quedarás con las tierras de mis antepasados, antes prefiera la muerte”.
Fekeli está al borde de un ataque de ansiedad. Demir le tira una bolsa con dinero a sus pies. “Me vas a devolver cada centímetro que me pertenece”, Demir no deja de provocar y Fekeli aprieta los puños intentando contenerse.
Yilmaz está con Fekeli: “Vamos a destruir a los Yaman, padre”. Cetin se presenta en la oficina de Demir y le tira el saco con el dinero encima de su mesa. Demir le dice: “¿Te ha mandado Fekeli?”. “Fekeli, no. Me ha mandado Yilmaz”, contesta Cetin.
Llega el día de la fiesta de la circuncisión. El gobernador y el alcalde asisten a ella y Demir los recibe amablemente. Demir toma la palabra. Mientras habla casi todos los asistentes empiezan a sentirse mal, la comida no estaba en buenas condiciones.
Demir se queda sin palabras mirando la escena donde los comensales caen de bruces al suelo. Hatip es el único que sonríe, su venganza contra Demir está saliendo a la perfección. Los pollos que le vendió a Gaffur son la causa de todos los males.
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